Antofagasta,
Sede Principal del Instituto de Tecnologías Limpias
Marko Razmilic,
presidente de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA)
Chile y particularmente la Región de Antofagasta, presenta una
singularidad única a nivel mundial, combina capacidades y encadenamientos
productivos que se pueden retroalimentar positivamente en minería y energía
solar. Esta singularidad ofrece el potencial para convertirse en el punto de
referencia de la Minería y Energía Limpia y, puede posicionarnos como el
principal proveedor de materiales limpios para el almacenamiento energético,
electromovilidad, componentes renovables, construcción sostenible y
disponibilidad de agua del mundo.
Esta es la visión de ASDIT, la Asociación para el Desarrollo del
Instituto Tecnológico, que hemos desarrollado en conjunto la Asociación de
Industriales de Antofagasta y las Universidades de Antofagasta y Católica del
Norte, la Corporación Alta Ley, junto a las más importantes universidades del
país e instituciones tecnológicas extranjeras expertas en innovación. La
oportunidad de convertirnos en productores y exportadores de hidrógeno verde
está al centro de nuestra propuesta para el Instituto Tecnológico de Nuevas
Energías (ITNE) que presentamos recientemente a CORFO para su evaluación.
Esta propuesta descentralizada, se ancla en nuestra región y en el
norte de Chile como un laboratorio natural donde la capacidad y posibilidad de
producir energías y combustibles renovables es inobjetable para su escalamiento
industrial. En nuestro territorio se produce una relación simbiótica entre
minería y energía, la productividad de la minería y el sector energético
aumentaría debido a las ventajas del bajo costo de la energía y combustibles
renovables, principalmente de la energía solar.
La minería afrontaría así sus desafíos productivos, y
ambientalmente mejoraría su huella asociada a la intensidad de consumo
energético y emisiones por unidad de mineral producido. El sector energético,
por su parte, tiene la oportunidad de convertirse en productor y exportador
neto de hidrógeno verde y otros productos químicos derivados, generándose
además externalidades positivas a otros sectores intensivos en uso de energía
como la agro-industria, la construcción, el transporte o la industria del
acero.
Y, por último, pero muy relevante, el contar con energía limpia a
bajos precios se constituye en un motor habilitante para potenciar la
disponibilidad de agua a menor costo, insumo estratégico para la industria y
nuestra región y, ahora, debido a los impactos del cambio climático, en el
resto del país.
Otros países, que cuentan con las ventajas que tenemos aquí en
nuestra tierra, ya están impulsando el recambio de energías y combustibles
hacia el hidrógeno verde. En Chile tenemos esta posibilidad histórica gracias a
los recursos aportados al royalty por la industria del litio. A través de
CORFO, con la más grande inversión en Innovación y Desarrollo que se realizará
en Chile, nuestro consorcio propone poner en marcha un cambio de paradigma que
movilice la transición energética y nos posicione como líderes de una economía
sustentable a nivel mundial.
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